miércoles, 26 de diciembre de 2007

Flores de invierno

¿Pensábais que en invierno no hay flores? Pues si que las hay, aquí os traigo un ejemplo, aunque no es muy normal que florezca tan temprano.


Son inflorescencias, todavía en desarrollo del aliso, Alnus glutinosa, un árbol de la familia de la Betuláceas presente en nuestros bosque de ribera.
Ahora algunos os estaréis preguntando dónde están las flores.
Pues son esa especie de colgantes que se ven en las ramas. No son nada espectaculares, es cierto, pero pensad que el modo de dispersión de su polen es a través del viento y no mediante insectos por lo que no necesitan desarrollar estructuras atractivas ni vestirse de colores.
Los pedúnculos -que se denominan amentos- verdes cilíndricos que véis son las flores masculinas. En la foto todavía son pequeños pero llegarán hasta los 4 o 5 cm.
Las flores femeninas son los amentos más redondeados y pequeños de color marrón. Primero son duros y viscosos, luego secan y quedan con las escamas persistentes. Una vez fructificada queda como una especie de piña pequeñita que permanece en el árbol hasta el año siguiente.
Ya como curiosidad os contaré que los alisos han sido muy empleados desde la antigüedad. Su madera se ha utilizado, por su resistencia al agua, en la fabricación de ruedas de molino, compuertas de canales, etc. De distintas partes del árbol también se han obtenido diferentes tintes: rojo de la corteza, verde de sus flores y marrón de sus tallos. Entre los celtas era especialmente venerado debido a su "sangrado" cuando era talado y estaba asociado a la deidad Bran. Su tinte se utilizaba para pintarse el rostro cuando iban a la batalla. De su importancia, así como la de muchos otros árboles, queda constancia en numerosos poemas célticos mediavales.

"Aliso, tu no eres rencoroso, adorable es tu olor,
no eres punzante cuando estás en la hondonada"
Suibhne, el vagabundo del bosque. Anónimo irlandés del S.XII

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Buscando a Nemo (¿o será a Nema ? :-))

Bueno pues debido a la petición de Pep continúo con el mundo de los peces. Como ya os adelanté en esta ocasión le toca el turno al pez payaso, Amphiprion ocellaris y otros pertenecientes a la familia Amphiprionidae, muy famoso por ser la especie a la que pertenece Nemo, el de la peli.



Bien, lo cierto es que estos peces son muy curiosos. Además de esos colores tan chulos llama la atención la relación tan estrecha que presentan con otra especie animal completamente diferente. Si habéis visto algún documental o alguna foto seguro que os viene la imagen típica de este pez entre los tentáculos de una anémona.


Viven en estrecha relación con ellas (aunque también puede ser con algunos corales), de hecho una vez que se instalan en una la defienden enérgicamente. La relación es provechosa para ambos, por un lado la anémona con sus nematocistos (células urticantes) le proporciona al pez protección y cobijo frente a los depredadores y a cambio el pez mantiene limpia la anémona y la libra de intrusos molestos.


Pero dejemos por un momento este amor platónico. El comportamiento sexual de estos peces no se queda atrás. Si os acordáis de mi anterior post (o si lo leéis más abajo) os comentaba que existían varios tipos de hermafroditas. Los peces payaso son un buen ejemplo de hermafrodita protándrico. Esto es, empiezan su vida como machos y luego pueden llegar a convertirse en hembras. En realidad su sexo se determina según su entorno y madurez.
Un pez payaso nace con los órganos sexuales masculinos y femeninos. Generalmente, un grupo de peces payaso viven en la misma anémona o en distintas anémonas que crecen juntas. El grupo se rige mediante una jerarquía en la que la hembra (más grande y agresiva) es quien manda :-))
Luego si la hembra dominante muere o la expulsan del grupo, el macho más dominante (el de mayor tamaño) cambia a hembra, y el resto de los machos cambian de rango en la jerarquía. Digamos que van ascendiendo en el escalafón hasta que les toque el turno (si tienen la suerte) de convertirse en hembra.

Espero que os haya gustado la historia, ya véis que estas cosas no salen en la película :-D

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Debajo del mar...

Ya veo que Pep está expectante jejeje
Voy hablar un poco de cosas de peces. La reproducción de estos seres es un mundo y tremendamente variada, los hay con fecundación interna o externa, ovíparos, ovovivíparos o vivíparos... uff hay de todo!
Muchas especies (en especial las tropicales) son flexibles en cuanto a su determinación sexual. Esto es que existen numerosas especies que no tienen sexos separados (gonocorísticas por si lo veis escrito en algún sitio) sino que tienen estrategias hermafroditicas. Hay varios tipos de hermafroditismo.
Está el "hermafroditismo simultáneo" donde parejas apareándose pueden funcionar como machos y como hembras casi a la vez, incluso durante un mismo día.
Y otros (la mayoría) que presentan un hermafroditismo secuencial en el que, durante su proceso de crecimiento cambian de sexo. Aquí volvemos diferenciar 2 subtipos:
En el "hermafroditismo protándrico" los individuos son machos en la primera etapa de su vida y luego cambian a hembras. Un grupo muy conocido con este comportamiento son los róbalos o lubinas (Dricentrarchus labrax).
En el "hermafroditismo protogénico" los individuos inicialmente se comportan como hembras y en un momento de su vida cambian a machos. Entre este grupo se puede mencionar la cabrilla (Serranus atricauda).
El pez que menciona Granota en su comentario, la vieja o pez papagallo (Sparisoma cretense) pertenece al segundo tipo, inicia su vida normalmente como hembra. Este pez pasa por varias fases de desarrollo que se distinguen, esencialmente, por la coloración, que se va alterando a medida que crece.


A medida que va creciendo el pez también va apropiándose de territorio (al menos algunos son peces "territoriales", os lo explico más adelante) y con el tiempo puede eventualmente transformarse en macho terminal. Los machos terminales o "supermachos" :-)) son mucho mayores y más coloridos que los juveniles, los "machos en fase de transición" y las hembras, y además son capaces de defender un territorio.


De este modo puede existir un comportamiento social (y sexual) que incluye grupos territoriales y no territoriales.
Los primeros están compuestos por un macho terminal y 1 - 3 hembras. Los grupos no-territoriales consisten en más de 50 individuos que pueden ser hembras, juveniles o machos en fase de transición. Los "machos en transición", que no defienden un territorio, presentan características sexuales secundarias, poseen ovarios cuando son juveniles que, mas tarde, se transforman en órganos sexuales masculinos funcionales.
Siendo asi, gran parte de los individuos, se agrupan en bancos cuando son juveniles, pero a medida que crecen se van haciendo solitarios.
La reproducción ocurre, normalmente, entre una hembra y un supermacho en su territorio, aunque se han observado comportamientos "curiosos" por parte de machos en fase de transición. Estos machos adquieren una coloración femenina que le permite penetrar en el territorio del macho terminal, colocándose junto a la pareja y liberando su esperma al mismo tiempo que la hembra libera los huevos. jejejej No son tontos estos bichos ehh!!
La puesta de huevos coincide con el crepúsculo y es pelágica (se realiza en la columna de agua).

Creo que por hoy ya llega, aunque los peces pueden dar mucho más de sí. Si os sigue interesando el tema otro día os hablo de Nemo (el pez de la peli jijiji)

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Fidelidad?

Ya he comentado alguna vez que una de las ramas de la biología que más me ha interesado (y en la que he tenido la oportunidad de hacer algo de investigación) es el sexo animal (jeje cuando digo esto siempre tengo que explicarlo jaja)
Hoy quería compartir con vosotros una historia que siempre me ha impresionado.
El Cryptopsaras couesi (y varias especies relacionadas que presentan el mismo comportamiento)
Es una especie de rape cuyo nombre vulgar "angler" siginifica "pescador" (le viene el nombre de esa especie de caña-señuelo que tienen en la cabeza, mirad la foto) que vive sobre todo en los océanos atlánticos y antárticos, desde 500 metros a 3.050 metros de profundidad.


Pues bien, esta especie presenta un gran dimorfismo sexual. Los ejemplares femeninos del angler son grandotes, pueden crecer hasta 1,20 metros pero los machos en cambio crecen solamente hasta 6 o 7 cm de largo. El macho además carece del señuelo característico.
En la inmensidad del océano los encuentros no son fáciles así que los científicos creen que la hembra emite un olor especial que atrae a los machos.
Una vez que el macho localiza a su pareja se aferra a la hembra con sus dientes (lo veis en la siguiente foto), y al unirse a ella, comienza a degenerar (jeje chiste fácil no?). Sus ojos se hacen más pequeños y eventualmente los pierde. Entonces penetra en su tegumento y permanece unido a ella para el resto de su vida (aquí no sirve lo de que hasta que la muerte os separe jaja).


Los sistemas circulatorios de los dos peces se fusionan y los nutrientes de la sangre de la hembra alimentan al rape macho que queda prácticamente reducido a sus órganos sexuales. A partir de ahí, la hembra cuenta con las gónadas reproductivas del macho para fertilizarla.
Este comportamiento es tan único que hasta no hace mucho, se pensaba que los machos eran nada más que un parásito (chiste fácil de nuevo :-)), de una especie totalmente diferente.
Sorprendente verdad?